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Temperamento y carácter -1

No todo el mundo está de acuerdo en la definición de estos términos: temperamento y carácter.

Expongo brevemente el sentido que les vamos a dar:

-El temperamento es una característica básica que se manifiesta en los primeros años de vida en su estado más puro. Aunque no es simplemente innato, si se le supone una cierta influencia genética a la que se añade la influencia del entorno en los primeros años de vida.

-El carácter es la manera distintiva de ser y de enfrentarse a la vida, una persona. Es el conjunto de rasgos personales, de reacciones y hábitos de comportamiento que se han adquirido a lo largo del crecimiento personal por las influencias sociales, culturales y educativas, y que conforman una tendencia habitual de respuesta. El carácter es a la vez permanente y mejorable.

El temperamento es la base sobre la que se construye el carácter de una persona. Hay aspectos del temperamento de un niño que pueden influir en su carácter de mayor. La persona no es protagonista de su temperamento, en el sentido de que no interviene como sujeto activo. Pero si lo es de su carácter porque en la construcción del mismo interviene como sujeto de su propia educación.  

Detrás de una conducta determinada de un niño o de una  niña, hay todo un episodio, toda una historia que ha determinado su temperamento y empieza a determinar su carácter. Su conocimiento es indispensable para motivar mejor, para conocer qué tipo de exigencia necesita, qué tipo de ayudas debemos ofrecer, o cómo debe ser el trato que le dispensemos.

Puede ser útil para acertar en los tratamientos, clasificar los distintos temperamentos, y caracteres incipientes en los niños, para ayudar a distinguir-los y así actuar con más conocimiento de causa. Aunque deberíamos advertir que cualquier clasificación es un reduccionismo de la realidad y, por tanto, hay que usar de ella con el suficiente criterio y sin determinismos.

Una de las clasificaciones que se ha usado es la que surge de distinguir tres factores: actividad, emotividad y resonancia.

La actividad sería aquella necesidad espontanea de actuar que sienten unas personas más que otras. Un activo sería aquél que busca y si es necesario crea ocasiones de actuar. Más que para realizar una intención concreta, actúa por el placer de actuar. El no activo sería aquél para quien la acción se presenta como una ocasión de vencerse, más que para una ocasión de realizarse. Ambas tendencias hay que despojarlas de todo matiz laudatorio o peyorativo, pues pueden tener, ambas, aspectos favorables o desfavorables.

La emotividad es la conmoción que nos producen los acontecimientos en la vida diaria. Esta conmoción puede ser más fuerte en unos que en otros. El emotivo, con una débil excitación tiene suficiente para conmocionarse. El no emotivo necesitará una excitación más fuerte para conseguir el mismo resultado. Como en el factor anterior, tampoco hay que considerar una de las tendencias más favorable que la otra.

La resonancia es la repercusión que las emociones tienen en el ánimo de las personas. Si las impresiones producen una reacción  en la conducta inmediatamente, en el momento de la excitación, pero se olvidan pronto tenemos una resonancia primaria. Si, por el contrario, tardan en repercutir, pero cuestan de olvidar, tenemos una resonancia secundaria. El primario seria aquél cuyo equilibrio perdido por la emoción es rápidamente recobrado. En el secundario la conmoción persiste por mucho tiempo.

La diferente manera de combinar estos tres factores: activo (A), no activo (NA), emotivo (E), no emotivo (NE); y primario (P) secundario (S);  pueden darnos ocho tipos distintos, a los que se les puede dar calificativos que ayudan a concretarlos pero que no deben tomarse como peyorativos ni como elogiosos. Está claro que normalmente no se dan de forma exclusiva. El carácter de una persona se aproxima más a uno de ellos y puede tener algo de otro. 

A-E-P: Colérico                  A-NE-P: Sanguíneo                       A-E-S: Apasionado           

A-NE-S: Flemático             NA-E-P: Nervioso               NA-NE-P: Amorfo

NA-E-S: Sentimental         NA-NE-S: Apático

En el siguiente artículo comentaremos algunos consejos para tratar cada uno de ellos.