Familia: 15 - Familia y televisión. Decálogo de funcionamiento.
Familia y televisión. Decálogo de funcionamiento.
Se proponen unos principios y pautas de funcionamiento en
forma de decálogo para considerar la posible conveniencia de su aplicación.
1-Los padres no pueden ocultar o prohibir un medio presente
en nuestras vidas como es la televisión, por los posibles peligros o riesgos
que conlleva. La televisión no es ni buena ni mala. El calificativo que se
merecerá estará en función del uso que se haga de ella.
2-La familia debe considerar la riqueza de contenidos que
ofrecen algunos programas. Nos permiten conocer otros países, otras culturas,
nos informan, nos muestran las hazañas deportivas, nos descubren las maravillas
de la naturaleza, las manifestaciones artísticas, etc.
3-La familia debe organizar sus tiempos de ocio con
diferentes actividades, entre las que puede tener su tiempo la cultura de la
imagen que comprende el cine, la fotografía, las exposiciones,... y también la
televisión. Este debería ser el marco donde entra la televisión como
entretenimiento.
4-Debemos evitar que la televisión pierda su componente
familiar y se convierta en una oferta de consumo individual. Por este motivo
los aparatos no pueden estar situados en las habitaciones,... ni en la de los
padres, si se quiere dar ejemplo. La televisión debe situarse en un lugar
común, donde todos los miembros de la familia pueden verla y compartir
comentarios.
5-Los padres procurarán estar presentes cuando sus hijos ven
televisión, estando atentos a los efectos que les produce determinados
programas e imágenes. No podemos olvidar que además del programa elegido, verán
anuncios que son campo abonado para despertar el deseo de consumir, y no
siempre de la mejor manera.
6-No se trata de ver televisión, sino programas de
televisión. Se debe seleccionar y enseñar a seleccionar, por tanto, lo que se ve,
procurando informarse previamente del contenido de los diferentes programas. Se
enciende en su momento, para ver el programa elegido, y se apaga cuando éste
termina. El "zapping" está claramente en contradicción con este
principio.
7-No podemos utilizar la televisión como una niñera para
distraer a los hijos, o como un valor en sí mismo que sirve para premiar o
castigar sus acciones. En ambos casos, le damos un papel que no corresponde y
la convertimos en protagonista del proceso educativo.
8-No hace falta decir que la televisión no debe estar
encendida durante las comidas familiares, ni cuando hacen los deberes los
niños, ni cuando estudian los hermanos. La familia debe establecer unos
horarios para ver la televisión limitando el tiempo que, en días laborables, no
debe exceder en mucho más de una hora.
9-En la selección de programas se debe tener en cuenta que no
todos los programas infantiles son educativos. Los padres promocionarán para
los más jóvenes programas relacionados con la cultura, la naturaleza, el ocio,
evitando aquellos más superficiales. Los padres tienen la responsabilidad de
que lo que se vea en su casa no esté en desacuerdo con sus principios.
10-Hay asociaciones de telespectadores que además de dar
información sobre los programas con sentido crítico, pueden defender el derecho
de las familias a una programación digna y que respete los horarios infantiles.
Convendrá apoyarlas.
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