Virtudes: 17- El sentido positivo de la castidad

      El sentido positivo de la castidad

Es posible que al oír hablar de castidad alguien lo identifique con la represión de tendencias sexuales por parte de supuestas "supersticiones religiosas". Nada más lejos de la verdad. Se trata de formar niños y niñas, hombres y mujeres, jóvenes, personas, almas sanas en cuerpos sanos, que con visión clara se respeten y se hagan respetar, conocedores del plan de amor de Dios sobre ellos y ellas, y de las exigencias que supone la colaboración a este plan.


Si en lugar de hablar del plan de Dios, nos limitáramos a hablar del orden de la creación y el respeto que este orden nos merece, llegaríamos posiblemente a conclusiones similares sobre cómo vivir la sexualidad, pero lo tendríamos más difícil: nos olvidaríamos que Dios ofrece su ayuda a quien le pide a través de la oración y los sacramentos. Ayuda necesaria, debido a nuestra naturaleza herida por el pecado de origen.

La persona humana implica una unidad de alma y cuerpo, de espíritu y materia, constituyendo una única naturaleza, una única persona. Esto supone estar lejos de una concepción dualista del hombre que separa el alma del cuerpo, el espíritu de la materia, como si fueran dos realidades diferentes, y lejos, también, de una concepción materialista que reduce al hombre a la materia negando su trascendencia.

De la unidad de alma y cuerpo se desprende la dignidad del cuerpo humano. El cuerpo humano, pues, es parte y, a la vez, expresión de la persona creada a imagen y semejanza de Dios. Es fruto del designio de Dios que el cuerpo humano se manifieste en dos modalidades, masculina y femenina, que expresan las dos formas de constituirse la persona. "Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó."

La educación de la virtud de la castidad consiste en el entrenamiento necesario para que el cuerpo sea siempre expresión e instrumento del amor generoso del alma. Se trata de dominar el cuerpo para que no vaya hacia el placer inmediato y egoísta sino que actúe con espontaneidad y naturalidad al servicio del amor auténtico.

No hay nada más importante que el amor, y como debemos amar con cuerpo y alma, no podemos corromper la integridad sexual del cuerpo con el egoísmo carnal. Sería corromper el instrumento que tenemos para expresar y realizar el amor.

Además, por la íntima unidad de cuerpo y alma, la corrupción del cuerpo arrastra a la voluntad y al corazón. El egoísmo se metería en el alma. En la imaginación, en la memoria, se iría acumulando un modo egoísta de vivir el sexo, incapaz de considerar al otro como persona a quien amar y entregarse, sino como objeto de placer corporal o afectivo.

La castidad no consiste en algo negativo: "no mires", "no hagas", "no desees". La castidad tiene el sentido positivo de ordenar nuestras fuerzas y nuestros instintos hacia el amor y el servicio. Como una expresión de la templanza, implica dominio de nosotros mismos, señorío que se alcanza cuando la persona no se deja llevar por el deseo, el placer o el instinto, sino que gobierna su vida hacia un bien superior, alcanzando el autodominio para no ser influido por el ambiente.

  Los padres, deberán ayudar a los hijos a conseguirlo:

-Desde pequeños habrán hablado de todo con ellos, creando un ambiente de confianza que permita que puedan preguntar todo aquello que les inquiete o confunda.

-Debe haberse enseñado a pensar con el criterio suficiente para contrarrestar las informaciones que les lleguen y, ante las dudas, recurrirán a quien seguro no los engañará: sus padres.

-Se habrá explicado en qué consiste la libertad: elegir el bien con la responsabilidad que conlleva. Así evitarán las ocasiones de peligro, guardando los sentidos, evitando ver según qué programas de televisión, no participando en conversaciones que rebajan la dignidad de la persona, no asistiendo a según qué espectáculos, moderando la curiosidad, siendo sobrios en el comer y el beber.

-Se habrá reforzado la autoestima para que se sientan seguros y capaces de ir a contracorriente, y así, no se dejarán arrastrar por respetos humanos.

-Se Habrá enseñado el sentido del pudor para que valoren y respeten su intimidad y la de los demás.


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