El autismo tecnológico
El Papa Francisco nos advierte en
el punto 278 de la “Amoris Laetitia”, del
peligro de lo que denomina “autismo tecnológico”, que amenaza seriamente la
formación de nuestros niños y adolescentes.
“…no se pueden ignorar los riesgos de las nuevas formas de comunicación
para los niños y adolescentes, que a veces los convierten en abúlicos,
desconectados del mundo real. Este « autismo tecnológico » los expone más
fácilmente a los manejos de quienes buscan entrar en su intimidad con intereses
egoístas.”
Frente a este autismo
tecnológico, y al peligro de desconexión del mundo real que implica, debe
procurarse que la vida del niño, del adolescente, esté llena de actividades
divertidas y estimulantes del mundo real, más llenas de vida que las que proporciona la
vida virtual.
Los padres deben reforzar las
actividades reales sobre las virtuales: los deportes, las excursiones, el
contacto con la naturaleza, el aprendizaje de algún instrumento musical,
adquisición de distintas habilidades (pintura,
arreglos domésticos,…). Es cierto que requerirán más esfuerzo y disciplina, pero les enseñará
que la vida real requiere de estas actitudes.
No se trata simplemente de
prohibir o restringir el uso de videoconsolas, juegos de ordenador,… sino de
descubrirles esas otras actividades que les sitúa en el mundo real. Los padres
podrán incluso jugar con ellos en alguno de estos juegos virtuales pero
haciéndoles ver, dejando constancia, que son diversiones de inferior rango -más
de niños que de adultos- y que les valoran menos los éxitos en ellas que las que obtienen en el mundo real.
Por otra parte, las videoconsolas
y los juegos de ordenador, como cualquier actividad de ocio, solo se pueden
permitir cuando se hayan cumplido las obligaciones y responsabilidades que
tienen: estudio, encargos, etc. Se les debe ayudar a organizar y a distribuirse
el horario de manera que no desatiendan sus responsabilidades y a no perder el
tiempo con ellas.
El Papa Francisco cuando, en el
mismo punto, se refiere a las tecnologías de la comunicación, empieza valorando
positivamente su buen uso:
“Cuando son bien utilizadas pueden ser útiles para conectar a los
miembros de la familia a pesar de la distancia. Los contactos pueden ser
frecuentes y ayudar a resolver dificultades.”
A continuación nos advierte de
los peligros que se pueden derivar:
“Pero debe quedar claro que no sustituyen ni reemplazan la necesidad
del diálogo más personal y profundo que requiere del contacto físico, o al menos
de la voz de la otra persona.“
Y pone ejemplos que nos
conciernen a todos:
“Sabemos que a veces estos recursos alejan en lugar de acercar, como
cuando en la hora de la comida cada uno está concentrado en su teléfono móvil,
o como cuando uno de los cónyuges se queda dormido esperando al otro, que pasa
horas entretenido con algún dispositivo electrónico.”
La comunicación personal en el
ámbito familiar no debe quedar ahogada por un uso abusivo o impropio de las diversas tecnologías que
dificultan la natural relación entre sus miembros y que es fuente de
enriquecimiento mutuo.
Por esto, el Papa Francisco aconseja
tratar a nivel familiar unas normas básicas de convivencia:
“En la familia, también esto debe ser motivo de diálogo y de acuerdos,
que permitan dar prioridad al encuentro de sus miembros sin caer en
prohibiciones irracionales.”
El móvil, internet, y las redes
sociales, son herramientas maravillosas que permiten una serie de ventajas y
posibilidades que hace unos años parecían imposibles, pero exigen usarlas bien,
con prudencia, siendo conscientes de los riesgos que, así mismo, pueden
entrañar.
La supervisión de los padres, en
relación al uso que hacen sus hijos de estas herramientas, supone cierta
dificultad por la autonomía que estas herramientas conllevan. Por ello, sin
descartar los métodos de control y limitación que pueden y deben utilizar,
deben incidir en la formación de un criterio que les permita usarlas bien.
Más que nunca, es importante que
adquieran un buen criterio para discernir lo bueno de lo malo. La formación en
virtudes (prudencia, fortaleza,…) también facilitará el seguimiento del buen
criterio adquirido.
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