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Mostrando entradas de septiembre, 2011

Virtudes: 3 - Educar la sobriedad

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Educar la sobriedad No hace mucho, un niño de unos nueve años tenía un reloj que le habían comprado el día de su primera comunión. En días señalados, la madre que lo guardaba en su armario, lo sacaba del estuche y después de darle cuerda y ponerlo en hora lo colocaba con un gesto solemne en la muñeca del niño, el cual, ilusionado, lo llevaba hasta la noche en que se volvía a guardar en su lugar hasta la siguiente oportunidad. Esto ha cambiado notablemente. Hoy es posible encontrar en el cajón de cualquier niño uno o más relojes medio abandonados, tal vez, sólo porque se les han acabado las pilas,... o quizás no lleva reloj porque en su móvil ya tiene la hora. Este hecho, como tantos otros similares, es señal de muchas cosas: de progreso técnico, de mejora del nivel de vida... pero interesa que nos demos cuenta de la incidencia negativa que puede tener sobre la virtud de la sobriedad si no se toman las medidas oportunas para enseñar a utilizar y usar de las cosas con la modera

Adolescencia: 3 - ¿Hablamos con los hijos?

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¿Hablamos con los hijos? Mantener el canal abierto de la comunicación con nuestros hijos es absolutamente necesario para la tarea educativa que los padres tenemos encomendada. Los hijos, cuando llegan a una determinada edad, pueden hacer pagar bastante caras sus confidencias. Recuerdo lo que me contaba un amigo hablando de su hija mayor: "Ahora la niña está aprendiendo a tocar la guitarra" - me decía. "Muy bien! - Le animaba - es un entretenimiento formativo que ocupa el tiempo libre, desarrolla el gusto por la música, aumenta la sensibilidad...". "Calla, calla - me hacía desesperado ante mi sorpresa - ¡la toca tan mal!, Y si se pone a cantar... todavía lo estropea más”. Intentaba consolarle diciéndole: "Sería peor que tocara la trompeta... o el tambor...". "Quizás si - me replicaba - pero, ahora, para acabarlo de arreglar ha cogido la costumbre, cuando con mi mujer nos hemos ido a dormir, de entrar en nuestra habitación con la gu

Un proyecto común

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Nuria y Borja Este escrito va dirigido a todos los que, como vosotros, habéis tomado la fantástica decisión de contraer matrimonio, uniendo vuestras vidas en un proyecto común. Salís de vuestras respectivas familias para hacer realidad la propia vocación de vida, formando un nuevo núcleo familiar. Os habéis conocido y querido y, por ello, porque os amáis y os queréis amar más aún, habéis decidido entregaros mutuamente y uniros en el vínculo matrimonial. Libertad y vínculo pueden parecer palabras opuestas. Para los que aman no lo son. De hecho, la libertad la tenemos para comprometernos en lo que queremos. Es verdaderamente libre quien es capaz de comprometerse. Y sólo se puede comprometer en algo o con alguien, el que es verdaderamente libre. Esta unión a la que os comprometéis, el matrimonio, se arraiga en la complementariedad natural que existe entre el hombre y la mujer, se alimenta de la voluntad personal de compartir todo un proyecto de vida basado en la e

Herramientas: 3 - Premios y castigos

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Premios y castigos En la educación de los hijos, la actitud que se toma ante los premios y castigos tiene importancia porque es una manera que tienen los padres de orientar las conductas. Por si puede servir, he aquí algunas ideas recogidas de los libros y de la experiencia: - Positivos antes que negativos. A veces los padres sólo actuamos para reprochar o castigar fechorías. Las personas, pequeñas y grandes, necesitamos (en el trabajo también) que se nos felicite cuando lo hacemos bien. El niño necesita, por tanto, el elogio y la aprobación de la persona que ama y admira: padre, maestro, amigo... La educación eficiente requiere un clima de valoración positiva. Es por este motivo que debemos procurar que el número de elogios o felicitaciones sea mayor que el de reproches o castigos. Si no es así, estamos jugando en campo contrario, a la defensiva. El castigo puede evitar en el mejor de los casos que se hagan las cosas mal en el futuro. El ánimo y la aprobación en un c

Educar: 3 - Los pequeños dramas familiares

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Los pequeños dramas familiares  En el seno de una familia normal, hay toda una serie de pequeños acontecimientos que pueden turbar la paz familiar si no se saben tomar con la actitud adecuada. Pequeños problemas de la convivencia diaria a los que debemos tratar de poner soluciones para que no se repitan a menudo, pero que no se pueden evitar nunca del todo. Pondremos algunos ejemplos.

Actitudes: 3 - ¿Cómo mejorar la comunicació con los hijos?

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                  ¿Cómo mejorar la comunicación con los hijos?             Si amar a los hijos es importante para su educación, también lo es conocerlos, porque no se quiere lo que no se conoce, y para conocerlos hay que tratarlos.             De aquí se deduce la importancia de la comunicación y el diálogo entre padres e hijos dentro del ámbito de la familia.

Familia: 3 - Escuela de trabajo

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           Escuela de trabajo   Si la familia es el ámbito vital por excelencia, también lo es para enseñar a trabajar, Es la mejor escuela de trabajo. Tengo la convicción de que muchos de los problemas que los adultos encuentran en la realización de su trabajo, vienen de mucho más atrás de lo que suponen. De la primera infancia y la adolescencia, y en gran parte a través del ejemplo recibido en su propia familia, en primer término, y de la escuela, en segundo.             El espíritu de servicio que se vive espontáneamente en una familia, la distribución de encargos, el sentir el hogar como cosa de todos y no como un hotel donde se va a comer y dormir sin ninguna obligación, el ejemplo de los padres en el trabajo dentro y fuera de casa, la valoración positiva que se hace de él, las virtudes que se han ejercitado desde pequeños, influyen de manera importante en cómo se planteará una persona el trabajo de mayor.             Una manera de educar en el trabajo y también la

Objetivos: 3 - Libertad: renuncia y compromiso

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Libertad: renuncia y compromiso  Un padre me contaba su intervención ante una vivida situación familiar. Un hijo suyo, de quince años, le pidió unas zapatillas deportivas, de estas de marca que tienen un coste de bastantes euros. El padre hubiera podido contestar sencillamente que no, incidiendo, tal vez, en la educación de la sobriedad o la obediencia, o hubiera podido contestar que sí, con lo que no hubiera educado probablemente nada. Pero no hizo ni una cosa ni la otra. Era a finales de junio y proponerle que trabajara durante el mes de julio en una trabajito eventual que le proporcionaría el dinero suficiente para cubrir ese gasto. Trabajó mañanas y tardes y al finalizar el mes cobró más del doble de lo que costaban. El padre al llegar a este punto, me hizo la pregunta: "A ver si sabes de qué precio se compró mi chico las zapatillas deportivas?". Lo adiviné a la primera y seguro que vosotros también: las compró de un precio notablemente inferior al previsto inicialm

Familia: 2 - Escuela de amor

Escuela de amor            La mejor escuela para aprender a vivir es la familia.             Es la mejor escuela, porque es el ámbito vital por excelencia. Lo es porque su función no se limita a una específica, como podría ser el estudio, el trabajo, la diversión, los derechos y deberes cívicos, etc., sino que englobando de alguna manera todas, su función es la vida en su sentido más amplio: vivimos y aprendemos a vivir en la familia.             Por ello, la familia no es aburrida, es excitante porque es exigente, y es exigente porque está llena de vida. El hogar no es pequeño, la que es raquítica es el alma de algunas personas que no saben apreciar la riqueza de la vida familiar. "El hogar es mayor por dentro que por fuera", decía G.K.Chesterton. Por eso es la mayor aventura de nuestra vida.             Un personaje conocido, al preguntarle en qué consiste una persona sana, madura e integrada a la sociedad, respondió: aquella que es capaz de amar y trabajar. Puede

Padres: 2 - Lo más importante

Lo más importante Si me preguntaran por lo que creo más importante para la educación de los hijos y me hicieran optar por una sola cosa, no dudaría mucho. Apostaría, un poco por intuición y un poco basándome en la observación diaria, por la estimación sincera en el matrimonio. Si tuviera que razonarlo o de buscar una argumentación que lo justificara, diría que el primero y más natural y por tanto el más importante ámbito educativo es la familia y ésta se constituye y tiene su punto de partida en el amor de los cónyuges. De ahí que este amor, elemento básico en la formación de la familia, como fundamento y apoyo de ella, lo sea, también, de toda su misión educativa. Es en esta comunidad de amor y de vida que es la familia, donde mejor puede tener lugar la comunicación vital para educar. De hecho, es el lugar donde las personas, los hijos, se aceptan por lo que son y esta aceptación es, además, permanente, porque lo que se acepta es lo de la persona que no cambia y eso da l

Adolescencia: 1 - Los padres ante la adolescencia

Los padres ante la adolescencia        Preguntando a un grupo de adolescentes que les parecía que era la adolescencia, uno no dudó mucho en su respuesta: "La adolescencia es esa etapa de la vida en que los padres y profesores se vuelven insoportables", dijo.        Quizá tenía razón. Ante la necesaria crisis de la adolescencia los grandes no siempre estamos a tono con la situación. Repasemos algunas actitudes de los padres siempre necesarias y, más que nunca, en esta etapa de nuestros hijos: - Serenidad. Nos provocarán, con actitudes, comentarios, opiniones aparentemente contrarias a nuestra manera de entender las cosas. Necesitan hacerlo para probarnos y afirmar su personalidad. Tranquilos, no pasa nada! Diremos lo que pensamos serenamente y sin gritar. Sabremos distinguir lo que tiene importancia de lo que no lo tiene, y daremos nuestra opinión con tranquilidad, si es necesario corregiremos con firmeza, pero sin gritar. Cada vez que chillamos será porque nos faltan

Padres: 1 - Dedicar tiempo a los hijos

Dedicar tiempo a los hijos        Lo hemos observado boquiabiertos en alguna película, lo hemos leído sorprendidos en alguna novela de época, de esas que empiezan con una generación y acaban tres generaciones después. Antes la gente de dinero confiaba casi completamente la educación de sus hijos a una especie de "madre mercenaria". Le llamaban con nombres diferentes según el gusto o la costumbre cultural del momento: la "miss", la "madeimoselle", la "fraülin", la "institutriz”... A la hora del desayuno, la "fraülin" llevaba los niños a ver a la madre que preguntaba cómo se habían portado el día anterior (pregunta con respuesta pagada) y como habían pasado la noche. El padre, con la taza de café en la mano, levantaba la vista del periódico y hacía una corrección sobre el modo de vestir de sus hijos. Rápidamente la "fraülin" se los llevaba para que la madre pudiera dedicarse a despedir al marido que se iba al trabajo

Virtuts: 1 - Educar la voluntat

Educar la voluntad             Podríamos decir que los actos propiamente humanos, racionales y libres, provienen de la conjunción de la inteligencia y la voluntad. La primera nos hace saber lo que debemos hacer. La segunda nos lo hace hacer, porque nos da el empuje y la fuerza para hacerlo: nos hace querer hacerlo. Sería una manera sencilla de explicarlo.        Un ejemplo simple puede servir para aclarar-lo. A las siete de la mañana, cuando suena el despertador, sabemos que nos tenemos que levantar. Nos lo dice la inteligencia. Pero también sabemos que no es suficiente. Necesitamos algo más. Necesitamos de una fuerza que nos haga levantar: la voluntad. Sin ella sería inútil la claridad de ideas de la inteligencia.        La educación de la voluntad es muy importante y lo es desde los primeros años. Para ello, debemos aprovechar las múltiples situaciones de la vida diaria. Los padres debemos tener claro que educamos fundamentalmente en las cosas pequeñas, en los detalles del

Herramientas: 2 - El juego: ensenyar a vivir

El juego: enseñar a vivir El juego es una herramienta educativa necesaria. Para los niños es, desde muy pequeños, una necesidad vital que les permite aprender cosas y adquirir habilidades. La mayoría de los juegos ayudan al desarrollo de la inteligencia ya que se ha de aprender a planificar, hay que memorizar muchos detalles, hay que saber calcular posibilidades de acuerdo con las propias fuerzas, etc. Ayudan también al desarrollo de la voluntad porque requieren un cierto esfuerzo - en algunos, físico – y hay que reconocer y someterse a unas reglas, con lo que conlleva de ejercicio de madurez. Para los padres y educadores es una posibilidad de conocerlos mejor y corregir aquellas actitudes que se ponen de manifiesto a la hora de jugar: faltas de concentración, trampas, egoísmos, ansiedades, etc., que no son buenas para un niño ni para el hombre que será más adelante. Se dice que la gente se la conoce en la mesa y el juego, y es verdad. Muchos aspectos y maneras de hacer se ve

Objetivos: 1 - Enseñar a ser feliz

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                Enseñar a ser feliz. Enseñar a ser feliz debe ser un objetivo prioritario de los padres de familia. Las personas no nacen felices o infelices, sino que aprenden a serlo. Si bien es cierto que, por temperamento, cada uno tiene una diferente predisposición a la alegría, también lo es que todos tendremos que esforzarnos para incorporarla a nuestra personalidad, también cuando aparecen las preocupaciones o contrariedades. De hecho, la felicidad es algo que no tiene una relación directa con el número de alegrías o de penas, depende más de cómo se entiende el sentido de la vida. Repasemos algunas actitudes que tendremos que fomentar en nuestro hogar para enseñar a ser feliz.

Actitudes: 1 - Para educar: optimismo

Para educar: optimismo             Se ha dicho que el optimismo es aquel estado de ánimo que nos hace decir que una botella está medio llena y el pesimismo que está medio vacía. Esto sería definirlos, sólo, como una manera de ver la realidad. Unos, los optimistas, de color de rosa, los otros, los pesimistas, de color negro. Me parece que como actitudes son más que eso y para explicarlo pondremos un ejemplo bien simple.             Supongamos que una mañana de domingo está lloviendo a cántaros. Un padre de familia ante la situación convoca a sus hijos y les dice: "No podemos salir a pasear en bicicleta tal y como habíamos previsto, pero como me parece que pronto saldrá el sol, esperaremos y entonces saldremos". Un segundo padre de familia ante la misma situación les dice: "Como no podemos salir porque llueve, nos quedaremos en casa y jugaremos todos juntos a ese juego de mesa tan divertido". ¿Cuál de los dos es el optimista? El primero, no. Es simplemente iluso

Herramientas: 1 - El valor del ejemplo

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                  El valor del ejemplo               No se enseña ni con lo que se sabe ni con lo que se dice, sino con lo que se hace.             La persona, a lo largo de su vida, casi no hace otra cosa que repetir lo que ve o ha visto. Nada penetra tan directamente dentro de uno como el ejemplo. Si esto es así para todas las edades, lo es más durante la infancia y la adolescencia, cuando la personalidad es particularmente sensible a la influencia de las personas que lo rodean.             El ejemplo es el bien más preciado que los hijos pueden recibir de sus padres. Porque la educación no consiste en discursos que, aunque a veces necesarios, siempre son insuficientes. No puede sorprendernos que no hagan caso de lo que decimos, si han sido testigos que lo que hacemos no se corresponde con lo que decimos.   

Familia: 1 - El momento de la familia

El momento de la familia               ¿Por qué: "El momento de la familia"?             Porque hoy, especialmente, los males del mundo sólo puede solucionarlos la familia, la llamada familia tradicional, o simplemente la familia.             Nuestra sociedad reclama y exige un cambio radical, quizás sin una demasiado clara conciencia, pero con una cierta angustia. Nos encontramos con múltiples sucesos en los que se evidencia una clara deshumanización en el trato de las personas, en las relaciones entre ellas: violencias, malos tratos, corrupción, un individualismo exacerbado... gamberrismos colectivos, y un largo abanico de cosas que nos hacen exclamar: ¿qué está pasando?              En el proceso de mejora de nuestra sociedad debemos descubrir o redescubrir la importancia de que cada uno se proponga mejorar, en primer lugar, en su propio hogar.             Por eso repito lo que hemos oído tantas veces: ¡la familia es el negocio más importante!  

Educar: 1 - Raices y alas

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         Raíces y alas              Leí hace poco una cita que decía más o menos así: "debemos dejar dos legados a nuestros hijos: uno, raíces, el otro, alas."             Aunque a primera vista pueda parecer que contiene una contradicción, pienso que da, de forma simbólica, la doble dimensión de la educación, recogiendo dos grandes objetivos que se deben compaginar y hacer factibles a la vez.             Las raíces que fijan en el suelo y las alas que permiten levantar el vuelo, ¿pueden ser símbolos de la misma tarea: la educativa? Pues, sí. Quizá por eso es tan difícil educar bien... quizá por eso se puede considerar la educación un arte.             Raíces, significa dar fundamentos sólidos y modelos de referencia que den respuestas seguras y firmes a muchas cuestiones de la vida.             Alas, significa lograr la autonomía necesaria para hacer un buen uso de la libertad.             Ambas cosas no sólo no se contradicen, sino que se dan sentido mutuamente.