Familia : 6 - ¡Vacaciones!
¡Vacaciones!

No
debe ser así. El tiempo de vacaciones escolares no puede ser un paréntesis en
la formación de los hijos sino un complemento de ésta. La educación no admite
vacaciones.
Tenemos
que conseguir que no se eche a perder este tiempo precioso del verano, lleno de
oportunidades de convivencia familiar, de mayor conocimiento mutuo en el seno
de la familia, de desarrollo de aficiones y de ciertas habilidades, de
profundización en materias de interés, de conocimiento de la naturaleza y de la
vida que nos rodea, de posibilidades de leer, de practicar algún deporte, y un
largo etcétera.
Debemos
evitar que la falta de orden, debido a la disminución del trabajo habitual y al
perder la rutina del tiempo normal, suponga para toda la familia, y en especial
para los hijos, un tiempo de anarquía y ocio indefinido donde prolifere la
permisividad y el aburrimiento.
Para
evitarlo será necesario un mínimo de previsión y planificación.
El
primer paso para evitar el aburrimiento y para no perder el tiempo inútilmente
será elaborar un horario conjuntamente con los hijos. Un horario que tenga en
cuenta sus intereses y los de la familia, y que fije, entre otras cosas, las
horas de levantarse, de acostarse y las comidas. Un horario que podrá ser más
flexible que en otras épocas, que se podrá modificar si las circunstancias lo
aconsejan pero que servirá para, ordenando las actividades, organizar convenientemente
el tiempo y, a la vez, saber lo que deben hacer nuestros hijos en cada momento y dónde deben estar.
Las
actividades pueden ser muy diversas en función de la edad y las circunstancias
personales de cada uno, pero tendremos que ayudarles a concretarlas al máximo,
con un cierto realismo.
Si,
por ejemplo, nos parece que una buena actividad es aprovechar parte del tiempo
para leer, quizá lo que debemos hacer es, lo antes posible, concretar con ellos
tres o cuatro libros escogidos, buscar un momento adecuado para dedicarse a la
lectura y proponer unos plazos aproximados para cada uno de ellos. Y algo
parecido deberemos hacer con todas las actividades que se planifiquen. Si no lo
hacemos así, corremos el peligro de que vayan pasando los días sin
aprovecharlos.

En
algunas cosas, academias, instituciones, clubs o grupos de recreo, pueden
ayudar a resolver parte del tiempo libre de los hijos, con las actividades
organizadas que ofrecen, pero será difícil que lo resuelvan completamente. Por
tanto, los padres deberán tomar la iniciativa muchas veces para programar
alguna salida o para orientar o participar en alguna actividad.
Las
vacaciones son también un tiempo ideal para que la familia se conozca mejor. Es
momento para fomentar las tertulias familiares, por la noche, en el balcón, en
la terraza o cuando y donde sea. Tertulias donde nos escuchamos unos a otros.
Si uno ha llegado de un campamento nos explicará lo que ha hecho y así
participaremos de las anécdotas y vivencias de todos. Tertulias para jugar a
aquellos juegos que reúnen las familias en torno a una mesa. Tertulias para
hablar, para cantar, para planificar alguna salida, para contar chistes,
historias. Tertulias que serán más esperadas que un rato frente al televisor, que
permitirán enriquecernos y comunicarnos, y harán que nos conozcamos mejor y nos
queramos más.
Podríamos
concretar en dos los objetivos de la familia en esta época de verano:
-
Que el tiempo se aproveche convenientemente y se ocupe en actividades
apropiadas.
-
Que de las vacaciones salga fortalecida nuestra convivencia familiar.
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