Educar: 6 - ¡Me aburro!

¡Me aburro! Estas son unas palabras que hemos escuchado a un hijo nuestro, alguna vez, cuando después de pasearse por toda la casa un buen rato con las manos en los bolsillos y la cara larga, ha solicitado finalmente nuestra ayuda. Si esto sucede, tendremos que actuar con urgencia y con imaginación. Debemos tener presente que el aburrimiento es, probablemente, una de las cosas más destructivas para las personas, y en concreto para los niños y adolescentes. Educación y aburrimiento son, efectivamente, palabras irreconciliables. No pueden convivir juntas. Si ante las frases "mamá que hago", o "papá, me aburro", nuestra respuesta es sólo "¿por qué no lees algo?" O "vete a jugar con tu hermano", quizás no estaremos atendiendo suficientemente las necesidades de nuestro hijo.