Familia: 14 - Familia y televisión: Impacto de las imágenes.
Familia y
televisión. El impacto de las imágenes.
Las madres y padres de familia se quejan a menudo de la
influencia negativa de la televisión sobre sus hijos, y hacen responsables a
las diferentes cadenas por los programas que emiten. Tienen razón, pero eso no
los excluye de la responsabilidad que tienen de evitar esta influencia
negativa. Dar la culpa al televisor puede ser una actitud fácil, cómoda e
inútil.
Antes de dar unos consejos sobre la manera de actuar frente a
la televisión en el ámbito familiar, vale la pena considerar un aspecto que
quizás no se tiene suficientemente en cuenta y que es un factor importante a la
hora de valorar la influencia que la televisión puede tener. Me refiero a los
efectos del impacto de las imágenes en el espectador de televisión.
Las imágenes de la televisión por la velocidad con que se
transmiten, pueden incidir en el cerebro en el umbral del inconsciente, en las
emociones y en los sentimientos, con el peligro que ello supone por su
potencialidad seductora y su capacidad de conectar directamente con los deseos,
pudiendo transferir valores y modelos de vida que desde la conciencia, y desde
la racionalidad y los argumentos, rechazaríamos.
Si el consumo de imágenes de la televisión se queda en las
emociones que producen, tenemos el peligro de disociar lo que es emocional de
lo que es racional. Las emociones, pasiones, sentimientos deben ser gobernados
por la razón. Si no lo son, y nos dejamos llevar por ellos, nuestros actos no
serán propios del hombre racional y libre.
Si el proceso de asimilación de valores no se hace desde la
racionalidad sino desde la emotividad, se pueden dar graves inversiones en su
escala de importancia. El placer, el éxito, el poder, el dinero,.. . pueden
subir escalones que no se merecen.
Aunque todos estamos sometidos a este peligro, son más vulnerables
los niños y adolescentes en proceso de educación porque no han racionalizado
aun suficientemente, su escala de valores. Lo que deberíamos evitar es que un
alud de inputs emocionales, sin racionalizarlos acabe construyendo en los hijos
un modelo de vida que no les deseamos.
Deberíamos estar muy atentos para no caer en la trampa de los
impactos emocionales de las imágenes. Somos capaces de entender y tener
argumentos en contra de la violencia, pero nos pueden atraer las imágenes de
extrema violencia de muchas películas. Y esto lo podríamos extrapolar a otros
aspectos: sexo, vida fácil, lujo... Podemos estar mayoritariamente de acuerdo
en que algunos programas de los llamados "basura" son impresentables,
pero la audiencia de estos programas es muy grande. Y, por desgracia, el que
manda en las cadenas de televisión privadas y también públicas es la audiencia:
pon pasiones, emociones o sentimentalismo y aseguras la audiencia.
Es verdad, que si las emociones o sentimientos que
despertaran las imágenes estuvieran en la línea de los valores que queremos
proponer a los hijos, el problema no existiría, aunque faltaría la necesaria
reflexión para su argumentación. El hecho es que a menudo esto no es así porque
no son los valores más nobles los que dan las imágenes más impactantes, sino
los que se dirigen a los instintos más bajos.
Podríamos pensar que la lectura de ciertos libros incide
también en las emociones y los sentimientos, pero hay dos aspectos claramente
diferenciadores respecto a las imágenes televisivas. La lectura requiere un
ritmo de comprensión y reflexión que la celeridad de las imágenes de televisión
no permite y, además, la lectura se escoge y lo que se ve por televisión se
improvisa bastante.
No se trata de enfrentar la cultura de la imagen con la de la
lectura, pero si advertir de los posibles efectos derivados del consumo de
imágenes.
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