Familia: 13 - El Papa Francisco a las familias (2ª parte)
Continuando
el escrito anterior, destaco dos párrafos más de las palabras dirigidas por el
Papa Francisco a las familias en Roma a finales de octubre.
3-"Todos sabemos que las familias,
especialmente las más jóvenes, van con frecuencia "a la carrera" muy
ocupados; pero ¿han pensado alguna vez que esta carrera puede ser también la
carrera de la fe? ... haciendo las cosas de todos los días, poniendo en todo la
sal y la levadura de la fe”
Como dice el Papa Francisco, hoy se va a menudo "a la carrera". A todos, la vida moderna parece que nos impone un ritmo en el que parece que no haya momento para la reflexión, la paz, la serenidad. Pero debemos encontrarlo, porque nuestra vida familiar lo necesita.
El
Papa nos dice que este "ir a la carrera " lo podemos convertir en la
carrera de la fe, si sabemos descubrir en las cosas del día a día, en las cosas
ordinarias, la posibilidad de vivir la fe, poniendo la sal y la levadura de la fe.
Sal y levadura que transforma las cosas más ordinarias de nuestro día en
posibilidad de agradar a Dios, de cumplir con su voluntad, haciendo lo que toca
hacer en cada momento, y haciéndolo de la mejor manera posible.
En
el momento que Dios se hace hombre y toma la naturaleza humana, convierte todo
el quehacer humano en divino. Dios pasó frío, comió, trabajó, se cansó, tuvo
sed, lloró, obedeció, conoció la amistad, experimentó el dolor y la muerte,...
por lo tanto todas las realidades humanas nobles han sido bendecidas por Dios.
Y si sabemos encontrarle este sentido, estaremos poniendo la sal y la levadura
de la fe que transformará estas realidades, " las cosas de todos los
días" como dice el Papa Francisco, en la " carrera de la fe, donde
haremos operativa la nuestra fe.
4-"Ustedes queridas familias: ¿Rezan
alguna vez en familia?... Pero en familia ¿Cómo se hace? Porque parece que la
oración sea algo personal, y además nunca se encuentra el momento oportuno,
tranquilo, en familia... Para rezar en familia se necesita sencillez. Rezar
juntos el "Padrenuestro, alrededor de la mesa, no es algo singular: es fácil.
Y rezar juntos el Rosario, en familia, es muy bello, da mucha fuerza. Y rezar
el uno por el otro: el marido por la esposa, la esposa por el marido, los dos
por los hijos, los hijos por los padres, por los abuelos... rezar el uno por el
otro. Esto es rezar en familia, y esto hace fuerte la familia: la oración."
La
oración requiere de la humildad de sentirnos criaturas ante Dios. El Papa
Francisco en algún momento ha dicho que la mejor oración era la de petición
porque era la que nos hacía sentir más criaturas, necesitadas de nuestro padre Dios.
Por
eso, también, la sencillez como hermana pequeña de la humildad, es necesaria y
más en el ámbito familiar.
Dios
debe estar presente en nuestra vida familiar, en las situaciones más normales,
en los momentos cotidianos: en la mesa, a la hora de empezar y terminar el día,
al iniciar un viaje, en las fiestas de la Virgen,... Para ello tendremos en
algún lugar de nuestro hogar una imagen del Santo Cristo, de la Virgen y
enseñaremos a nuestros hijos a dirigirnos a ellas.
Una
oración siempre recomendada por la iglesia es el Santo Rosario. Una oración muy
familiar en la que pueden intervenir los hijos. De manera especial en el mes de
octubre o mayo.
Pero,
no deberíamos quedarnos con unas prácticas, sino que deberíamos ayudarles a
sentir que Dios es un padre que nos ama, que estamos en su presencia, que nos
perdona nuestras fechorías siempre que le pedimos sinceramente perdón. Que Dios
se hizo hombre para salvarnos y que Jesús es un amigo con el que podemos contar
siempre y pedirle ayuda, y que está a nuestro lado. Que tenemos una Madre en el
cielo que es la mejor intercesora y un ángel de la guarda....
Nos
dice el Papa Francisco que una buena manera de hacer oración es promover rezar
en la familia unos por los otros. Hay muchas ocasiones para hacerlo: una enfermedad,
un problema familiar, unos exámenes, un disgusto, una alegría,...
Como
dice el Papa, así se hace fuerte la familia. Así se une más a la familia:
"la familia que reza unida, permanece unida”, gracias a la fuerza de la oración.
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