Educar: 13 - La inteligencia emocional
La inteligencia emocional
No hace muchos años
nadie dudaba de la importancia del cociente intelectual (CI) como certificado de
la inteligencia y como criterio, en cierto modo, de excelencia en la vida. Se
discutía, en todo caso, hasta qué punto era innato (genético) o había
influencia de la experiencia o de la educación.
En pocos años el
concepto de inteligencia emocional (IE) se ha extendido de tal manera que hoy
es un concepto aceptado por todos. El cociente emocional (CE) se ha convertido
en una expresión conocida y utilizada. En las escuelas se han incluido
programas para su desarrollarlo en sus alumnos, y en el mundo empresarial se
tiene en cuenta la IE para contratar, promocionar y formar a sus empleados.
Para muchos el desarrollo de la IE es imprescindible para ser feliz.
Hoy, también, al
hablar de la inteligencia se utiliza un
concepto más amplio: el de inteligencias múltiples. En él se consideran nuevos
tipos de inteligencia. A las que se consideraban tradicionalmente a la hora de
valorar el tradicional CI, se han añadido algunas que hasta hace poco recibían
la consideración de "talentos", y la inteligencia emocional de la que
queremos hacer referencia especial.
Los padres deberían plantearse
estimular la IE como un objetivo muy importante. Es un hecho que personas con
un cociente intelectual (CI) alto, pero con dificultades para dominar su vida
emocional, sus sentimientos y emociones, gobiernan peor su vida que otras con
un CI más modesto. Tienen frecuentes debates internos que reducen su capacidad
para pensar, trabajar y relacionarse con los demás. Un determinado estudio
llegaba a decir que el denominado cociente de éxito se debía un 23% a las
capacidades intelectuales y un 77% a las aptitudes emocionales. Aunque el éxito
no debe ser el último objetivo, vale la pena pensar si se está estimulando
suficientemente la IE de los hijos.
¿En qué consiste y qué
aspectos comprende la denominada inteligencia emocional?
Podríamos decir que la
inteligencia emocional agrupa un conjunto de habilidades que nos permiten
apreciar y expresar de manera equilibrada nuestros propios sentimientos y
emociones, entender los de los demás, y utilizar esta información para guiar
nuestra forma de pensar y nuestro comportamiento. La persona que ha
desarrollado su Inteligencia emocional se conoce mejor, se controla mejor,
consigue un mejor equilibrio emocional, adquiere la capacidad de motivarse y
motivar, se relaciona mejor con los demás, tiene un mejor comportamiento
social, es más optimista, se siente satisfecha con ella misma y es más eficaz
porque hace rendir mejor su talento natural. Las habilidades prácticas que se
desprenden de la IE se pueden clasificar en dos áreas: la relativa a las
internas i al autoconocimiento (intrapersonal) y la que hace referencia a las
externas y de relación (interpersonal).
Cómo desarrollar la IE
de los hijos en el ámbito familiar?
Sería osado pretender
en este breve escrito responder ampliamente a esta pregunta. Más prudente sería
animar a buscar la información adecuada en libros especialidades. De todos
modos para no dejarlo así daremos algunas pautas muy generales:
-El afecto de los
padres y el ambiente familiar amable y alegre darán la seguridad necesaria para
adquirir un sentido positivo ante la vida.
-La Educación de las
virtudes permitirá dominar sus emociones y pasiones. Se deberán evitar las
rabietas de pequeños, corregir sus reacciones inoportunas de mayor tamaño, y
establecer límites en sus comportamientos para que influyan positivamente en la
convivencia familiar.
-Se les ayudará a
aceptar pequeñas frustraciones y a entender que la obediencia y el respeto a
ciertas normas, son necesarias a nivel familiar, escolar, social,...
-Colaborar y
participar en las tareas domésticas del hogar les ayudará a adquirir la
responsabilidad y solidaridad que les permitirá integrarse en otros ámbitos de
relación con espíritu de servicio y con la disposición adecuada.
-Se impulsará La
preocupación por los demás. Que se olviden un poco de ellos mismos y piensen en
los hermanos, abuelos, amigos... Se les ayudará a valorar la amistad y a
interesarse por el bien de los amigos.
-Se les ayudará a
reconocer sus propios sentimientos, haciéndoles, si es necesario, las preguntas
adecuadas. Se les hará pensar con profundidad y criterio sobre algunos
acontecimientos de la vida. En algún caso se puede recomendar la redacción de
un diario íntimo.
-Se fomentará el
diálogo y la comunicación entre padres e hijos con un clima sereno,
participativo, en el que se sabe escuchar y en el que se buscan y encuentran
acuerdos o pactos para mejorar la convivencia familiar.
-Los Juegos de mesa con los padres, hermanos, amigos,... supondrán además de un buen entretenimiento, un saber aceptar y someterse a unas reglas sin hacer trampas. Será un buen aprendizaje para la vida en general y para su relación social.
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