familia: 16 - ¡Alerta: exámenes!
¡Alerta: exámenes!
Junio puede ser para
los estudiantes un mes difícil. Los estudiantes de bachillerato,
universitarios,… si en algo notan que pasan los años es, sin duda, por la
diferente perspectiva que este mes de junio ofrece respecto a tiempos anteriores.
Antes los días se
alargaban, empezaba a hacer calor, y eso era apacible preludio de unas
tranquilas vacaciones de verano. Ahora, con el aumento de la dificultad de las
materias y con los exámenes que se acercan, es época de nervios, de noches de
insomnio, de tráfico apasionado de apuntes, de intercambios de listas de
posibles preguntas de examen, de fotocopias, etc. Hechos que, además, presagian
unas dudosas vacaciones amenazadas por negras expectativas.
Estas angustias, que
afectan a un amplio abanico de estudiantes, tienen de positivo demostrar que no
se desentienden de sus responsabilidades, aunque, a veces, no sepan afrontarlas
bien. Se deberá, por tanto, ayudarles a hacerlo.
Los padres detectarán
fácilmente hasta qué punto la situación les afecta. El aumento de
irritabilidad, las variaciones de estado de ánimo, frecuentes enfados, ir
desarreglados, son algunas de las manifestaciones de estos estudiantes en
crisis.
¿Qué pueden hacer los
padres?
-Antes que nada debe
entenderse que ya no es momento de reproches, ni recordar lo que ha hecho mal,
ni lo que hubiera tenido que hacer para llegar más tranquilo a esta recta
final. Para ello se han tenido meses para hacerlo. Ahora es el momento de
animar y dar el máximo apoyo. No hay lugar para lamentos inútiles.
-Si observamos que la
situación es crítica, se deberá tener una conversación tranquilizadora -no muy
larga, para no perder demasiado tiempo- para ayudarles a superar el momento de
pesimismo o desaliento que pueden estar atravesando y para sacar el máximo
rendimiento a partir de ahora.
-Son muchos los
detalles que se pueden tener con ellos para facilitar su concentración: un
lugar para estudiar, procurar que haya silencio,... Pero tengamos también en
cuenta que el estudio no tiene por qué liberarlos completamente de sus
obligaciones familiares.
-Es momento de
fomentar la solidaridad entre los miembros de la familia, especialmente
haciendo que los más pequeños respeten el silencio necesario para el estudio y
valoren el esfuerzo de sus hermanos mayores. Deben sentirse orgullosos de estar
ayudando al hermano o hermana mayor, aunque esto suponga dejar de hacer ruido o
bajar el volumen del televisor.
-Hay que ser un poco
flexible con el horario que eligen para estudiar. Los hay que estudian mejor de
noche y otros que lo hacen de madrugada. Son momentos de especial silencio que
facilitan la concentración y se debe entender que esto es así. De todos modos
hay que evitar que inviertan completamente el horario de modo que duerman de
día y estudien de noche. No hay que ser flexibles con el horario de comidas, no
les conviene.
-Se les debe advertir,
y velar para que no hagan tonterías con los empachos de café, ni con fármacos
que pueden perjudicarlos.
-No hay que estar
esperando a que llegue a casa para preguntar cómo le ha ido el examen del día.
Se conversará tranquilamente hasta que saque el tema. Si lo ha hecho bien se le
felicitará, si le parece que no ha ido del todo bien se tratará de quitar
importancia a su pronóstico y se le darán ánimos para el siguiente.
-Debe evitarse que la
angustia de los exámenes se encomiende a los padres. Si los ven sufrir, poco
podrán ayudarles. Necesitan un ambiente familiar sereno.
Muchas crisis de junio
son pasajeras y obedecen sólo a nervios. En caso de que los resultados no
fueran suficientemente buenos, se deberían revisar, con calma, las causas. La
mala planificación del estudio durante el curso será probablemente la causa más
frecuente, pero puede serlo, también, una elección inapropiada de la opción de
estudio que se sigue. En ambos casos se deberá ayudarles a rectificar y buscar
soluciones con las ayudas necesarias.
Para superar los nervios de los exámenes, nada mejor que un corto dirigido por mi nieto Miquel Nafria, que fue objeto de un trabajo en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, donde estudia Comuicación audiovisual. Su título: Somriu" (Sonrie)
Para superar los nervios de los exámenes, nada mejor que un corto dirigido por mi nieto Miquel Nafria, que fue objeto de un trabajo en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, donde estudia Comuicación audiovisual. Su título: Somriu" (Sonrie)
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