Familia y sociedad

En el punto 276, el Papa Francisco nos habla de la familia como el primer ámbito de socialización:

“La familia es el ámbito de la socialización primaria, porque es el primer lugar donde se aprende a colocarse frente al otro, a escuchar, a compartir, a soportar, a respetar, a ayudar, a convivir.“

La mejor escuela para aprender a vivir es la familia, porque es el ámbito vital por excelencia. Lo es porque su función no se limita a una específica, como podría ser el estudio, el trabajo, la diversión, los derechos y deberes cívicos, etc., sino que englobando de alguna manera todas, su función es la vida en su sentido más amplio: vivimos y aprendemos a vivir en la familia.

Esta tarea educativa de socialización que se lleva a cabo en la familia es la que se debe trasladar, también, fuera del hogar, tal como lo explicita el Papa Francisco:

“La tarea educativa tiene que despertar el sentimiento del mundo y de la sociedad como hogar, es una educación para saber « habitar », más allá de los límites de la propia casa.”

En un mundo necesitado de convivencia pacífica, la familia se convierte en principal protagonista para la construcción de la paz. Es la paz y el amor de las familias que llevará la paz a la sociedad y al mundo. Si la familia se comporta como lo que debe ser, transmitirá la convivencia pacífica a la sociedad, empezando por su entorno más inmediato.

El Papa Francisco nos lo explica así:

“En el contexto familiar se enseña a recuperar la vecindad, el cuidado, el saludo. Allí se rompe el primer cerco del mortal egoísmo para reconocer que vivimos junto a otros, con otros, que son dignos de nuestra atención, de nuestra amabilidad, de nuestro afecto. No hay lazo social sin esta primera dimensión cotidiana, casi microscópica: el estar juntos en la vecindad, cruzándonos en distintos momentos del día, preocupándonos por lo que a todos nos afecta, socorriéndonos mutuamente en las pequeñas cosas cotidianas. “

La vida familiar es, también, escuela de muchos otros aspectos, tal como nos lo deja escrito en el punto 277:

De los hábitos de consumo; “En el hogar también se pueden replantear los hábitos de consumo para cuidar juntos la casa común: la familia es el sujeto protagonista de una ecología integral, porque es el sujeto social primario, que contiene en su seno los dos principios-base de la civilización humana sobre la tierra: el principio de comunión y el principio de fecundidad.”

I, también, de cómo afrontar los momentos difíciles: “Igualmente, los momentos difíciles y duros de la vida familiar pueden ser muy educativos. Es lo que sucede, por ejemplo, cuando llega una enfermedad, (…) en general, el tiempo de la enfermedad hace crecer la fuerza de los vínculos familiares. Una educación que deja de lado la sensibilidad por la enfermedad humana, aridece el corazón; y hace que los jóvenes estén “anestesiados” respecto al sufrimiento de los demás, incapaces de confrontarse con el sufrimiento y vivir la experiencia del límite.”


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