Familia y sociedad
“La familia es el
ámbito de la socialización primaria, porque es el primer lugar donde se aprende
a colocarse frente al otro, a escuchar, a compartir, a soportar, a respetar, a
ayudar, a convivir.“
La mejor escuela para aprender a vivir es la familia, porque
es el ámbito vital por excelencia. Lo es porque su función no se limita a una
específica, como podría ser el estudio, el trabajo, la diversión, los derechos
y deberes cívicos, etc., sino que englobando de alguna manera todas, su función
es la vida en su sentido más amplio: vivimos y aprendemos a vivir en la
familia.
Esta tarea educativa de socialización que se lleva a cabo en
la familia es la que se debe trasladar, también, fuera del hogar, tal como lo
explicita el Papa Francisco:
“La tarea educativa tiene
que despertar el sentimiento del mundo y de la sociedad como hogar, es una
educación para saber « habitar », más allá de los límites de la propia casa.”
En un mundo necesitado de convivencia pacífica, la familia se
convierte en principal protagonista para la construcción de la paz. Es la paz y
el amor de las familias que llevará la paz a la sociedad y al mundo. Si la
familia se comporta como lo que debe ser, transmitirá la convivencia pacífica a
la sociedad, empezando por su entorno más inmediato.
“En el contexto
familiar se enseña a recuperar la vecindad, el cuidado, el saludo. Allí se
rompe el primer cerco del mortal egoísmo para reconocer que vivimos junto a
otros, con otros, que son dignos de nuestra atención, de nuestra amabilidad, de
nuestro afecto. No hay lazo social sin esta primera dimensión cotidiana, casi
microscópica: el estar juntos en la vecindad, cruzándonos en distintos momentos
del día, preocupándonos por lo que a todos nos afecta, socorriéndonos mutuamente
en las pequeñas cosas cotidianas. “
La vida familiar es, también, escuela de muchos otros
aspectos, tal como nos lo deja escrito en el punto 277:
De los hábitos de consumo; “En el hogar también se pueden replantear los hábitos de consumo para
cuidar juntos la casa común: la familia es el sujeto protagonista de una
ecología integral, porque es el sujeto social primario, que contiene en su seno
los dos principios-base de la civilización humana sobre la tierra: el principio
de comunión y el principio de fecundidad.”
I, también, de cómo afrontar los momentos difíciles: “Igualmente, los momentos difíciles y duros
de la vida familiar pueden ser muy educativos. Es lo que sucede, por ejemplo,
cuando llega una enfermedad, (…) en general, el tiempo de la enfermedad hace
crecer la fuerza de los vínculos familiares. Una educación que deja de lado la
sensibilidad por la enfermedad humana, aridece el corazón; y hace que los
jóvenes estén “anestesiados” respecto al sufrimiento de los demás, incapaces de
confrontarse con el sufrimiento y vivir la experiencia del límite.”
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