Padres: 16 - El placer de la lectura
Ante la avalancha de imágenes a
las que están sometidos nuestros hijos, conviene plantearnos seriamente cómo
les despertamos el gusto por la lectura. Encontrar el placer de la lectura, no
sólo es un divertimento sino también un medio eficaz en el desarrollo positivo
de su personalidad.
La lectura promueve unas
actitudes determinadas. Como supone más esfuerzo que el que requiere la
televisión u otras pantallas, ejercita mejor la capacidad de reflexión y
permite retener mejor todos sus contenidos y valorarlos. Un buen libro ofrece
ideas y éstas proporcionan ideales que ordenan la voluntad a conseguirlos.
La lectura proporciona, además,
un enriquecimiento del vocabulario y del lenguaje oral y escrito que es un
vehículo de transmisión cultural fundamental. La adquisición del hábito de la
lectura con los que le son inherentes: expresión oral y escrita, capacidad de
comprensión, de análisis, de discernimiento, interés por conocer,... incide de
forma clara en la capacidad de estudio. Un buen lector suele ser un buen
estudiante.
Los padres tienen una tarea
importante para fomentar el hábito de lectura en sus hijos. Una tarea que
empieza pronto. Daremos, pues, algunas recomendaciones sencillas para
fomentarlo:
-Los cuentos orales, cuando aún
no saben leer, pueden ser una manera de iniciar el gusto por los relatos y
narraciones, que más adelante les puede llevar a iniciarse en la lectura de
libros sencillos, y poco a poco ir cogiendo gusto por la lectura.
-Cuando empiezan a leer, es
conveniente buscar un tiempo y un lugar para leer juntos, introduciendo la
costumbre de hacerlo, a ser posible, cada día un rato. Si conviene, mirando y
comentando, juntos con ellos, las ilustraciones. ¡Un tiempo para la lectura
cada día!
-Si bien la lectura por un adulto
necesita soledad y silencio para que el libro nos haga compañía, los pequeños,
en cambio, necesitan la presencia de sus padres.
-Se ha de conseguir que la
lectura sea una actividad divertida. Debe hacerse de manera que no lo vean como
una obligación o imposición de los padres o de la escuela. Se debe preguntar y
comentar con ellos las historias que leen, mostrando el máximo de interés.
-Además de los libros de cuentos,
otros recursos pueden ayudar: noticias de periódicos deportivos, la publicidad
en revistas, guías de turismo, recetas de cocina,... En estas cosas pueden ver
la necesidad de la lectura y fomentar la comprensión.
-El ejemplo de los padres, como
en todo, es esencial para que los hijos leen.
El día del libro, que se celebra
en muchos lugares por San Jorge el 23 de abril, es un momento para ver qué
tiempo dedicamos a la lectura y qué hacemos para fomentarla en nuestras
familias.
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