Infancia: 8 - Saber decir: ¡no!

Saber decir: ¡no! La fuerza de voluntad es una cualidad que sabemos apreciar en la persona que la ha adquirido. Valoramos su capacidad de dominio sobre sí misma, es decir, el grado de control que tiene sobre sus propios ímpetus, caprichos, pasiones y sentimientos. Este dominio le permite gobernar su vida, sin que sean las diferentes situaciones que se presentan las que lo hagan por ella. La persona con fuerza de voluntad domina los acontecimientos por adversos que sean. Pasa por encima de ellos. En cambio, cuando falta esta fuerza es al revés, son los acontecimientos los que mandan, siendo la persona un títere de ellos. Esta fuerza de voluntad, este dominio de sí mismo, se forja desde los primeros años de la infancia. Es importante tenerlo presente en la educación de los hijos, porque su carencia les conducirá, cuando sean mayores, a los más rotundos fracasos y sufrimientos.